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miércoles, 23 de mayo de 2012

Jornada de Puertas Abiertas II: D.O. Ribeiro

La D.O. Ribeiro se distribuye por 14 ayuntamientos localizados en la parte más occidental de la provincia de Ourense, en los valles de los ríos Miño, Arnoia, Avia y Barbantiño, donde el viñedo se cultiva tanto en suaves laderas como en zonas de gran pendiente situado en socalcos de hasta 400 m de altitud.


socalcos en Gomariz (enofilico.com)
Existen referencias que hablan del cultivo de la vid en la zona en el siglo II a.C., e históricamente ha sido uno de los enclaves de mayor importancia vitivinícola, llegando a ser la zona de referencia de los reinos cristianos entre los siglos IX-XVII, y exportándose a diferentes paises europeos en los siglos XV y XVI. La denominación de origen es la segunda más antigua de España (después de Jerez), y data del año 1932.

La importancia económica de la comarca se ve reflejada en la riqueza arquitectónica y social de sus pueblos, como atestiguan el barrio judío de Ribadavia, los diferentes pazos, castros, iglesias y monasterios y los balnearios y termas de Arnoia, Prexigueiro, Laias, Berán o Cortegada.

El Ribeiro es conocido por sus vinos blancos, que en los últimos años han aumentado notablemente de calidad sobre todo debido a la utilización de uvas autóctonas como las conocidas Treixadura o Godello, y otras más desconocidas como en Lado o el Torrontés.

Viña Mein
Hay varias bodegas que se unen a las Jornadas de Puertas Abiertas, desde pequeños colleiteiros, de los que elaboran en verdaderos garajes, a bodegas algo más grandes. Yo os recomiendo que visiteis Viña Mein, una de las bodegas pioneras en hacer vino de  calidad en la zona, y con una preciosa casa rural en cuya terraza os recomiendo pasar la tarde mirando las viñas; o Casal de Armán, un Pazo de casi 300 años recientemente rehabilitado y que cuenta con una atractiva oferta de enoturismo, y un restaurante muy recomendable. 

Casal de Armán


También podeis acercaros a Coto de Gomariz, una bodega que, como su enólogo Sebio, son referencia de calidad en Galicia, y que gracias a la pasión que emanan y al riesgo que asumen, nos permiten al resto disfrutar de vinos tan estupendos como los VX, o el mismo Abadía de Gomariz, desde mi punto de vista, de los mejores tintos de Galicia.



En Ribadavia, capital del Ribeiro, podeis encontrar diferentes ofertas turísticas, como paseos entre viñedos, visitas a la judería, rutas en catamarán... Podeis encontrar más información en la agencia Entretempos y en la página de la Ruta do viño do Ribeiro.


Si quereis disfrutar de la rica gastronomía de la zona, os recomiendo el restaurante del Monasterio de San Clodio, y el de la ya mencionada Casal de Armán. O si os gusta el pulpo, que os acerqueis a Carballiño a comer en casa Gazpara. Y de postre no os olvideis de pasar por A Tafona da Herminia, en Ribadavia, donde podeis encontrar una gran variedad de dulces hebreos.

martes, 8 de mayo de 2012

Armonías del Ribeiro


Adega Vilerma (rutadelvinoribeiro.com)

Enológicamente hablando todos tenemos una zona que es especial para nosotros ya sea porque es dónde hemos nacido, porque sus vinos nos resultan los más atractivos o porque nos recuerda a algún viaje lúdico o incluso romántico. En mi caso esa zona es el Ribeiro, al que me unen, entre otros, tres años de vida en mi más tierna infancia.


Por eso cuando me pidieron que colaborase con la fiesta del vino de Ribadavia, no me lo pensé ni un segundo.

En esta ocasión la solicitud era de lo más original; se trataba de armonizar o como se conoce más comúnmente maridar una serie de platos con vinos del Ribeiro. Y no cualquier plato, si no tres estupendos aperitivos preparados por un famoso chef gallego, Javier Rodriguez "Taki", y elaborados con conservas de pescado y marisco.

No es la primera vez que decido la comida en función del vino que me apetece tomar, pero en este caso el orden era el más ortodoxo y una vez decidido el menú yo tenía que hacer mi aportación con tres vinos a mi juicio lo más adecuados posible a las suculentas viandas.

Cuando se trata de decidir el vino que va a acompañar a un menú variado hay varias cosas que se deben tener en cuenta. En primer lugar, generalmente los menús van de más ligero a más potente, por lo que los vinos deben ir en consonancia. Por otra parte, los objetivos de un buen maridaje son varios, como potenciar el sabor de un alimento, una salsa o equilibrar alguna característica del plato, siempre con una premisa, que el vino y el manjar se acompañen sin que uno eclipse al otro. Para poner todo esto en práctica, os contaré en qué consistió este reto en cuestión.


En primer lugar tomé un par de decisiones, todos los vinos serían blancos y tendrían un denominador común, la uva Treixadura, variedad gallega donde las haya y probablemente la más utilizada en la D.O.




El primer aperitivo era una "Cucharita de berberechos con guacamole y naranja". Decidí combinarlo con un Colección Costeira Treixadura 2010. Este vino monovarietal, dado su caracter afrutado y su frescor, resaltaría los aromas cítricos de la naranja y el limón y equilibraría el caracter graso del aguacate dejando un puntillo amargo de lo más agradable.







El segundo plato, "Mini cornete de Atún a la mostaza verde", requería un vino más complejo, como este Alberte 2010 elaborado con Treixadura y Albariño. El cupage de este vino lo haría más intenso y variado en aromas, acentuando las notas cítricas y con un punto balsámico típico del Albariño que combinaría muy bien con la mostaza. Además, la boca se haría algo más completa y de  mayor acidez, lo que equilibraría tanto al atún como a la salsa que lo acompañaba.










Por último "Mejillones con setas, mayonesa de su escabeche y cebolla crocante", un plato muy completo y sabroso, que requería un vino más potente. Por ello escogí Finca Teira 2010, mezcla de Treixadura, Godello y Torrontés, que potenciaría los aromas especiados y de hierbas aromáticas del escabeche, mantendría el caracter afrutado del vino, y sobre todo aportaría, gracias al Godello, una mineralidad que a mi juicio combina estupendamente con los hongos, y una estructura en boca que mantendría al vino al nivel del pintxo.



Parece que la gente quedó contenta con la elección, y yo encantada por haber podido probar estos ricos platos elaborados con algo tan fácil y tan simple como unas conservas. Desde luego ya me he apuntado la receta, y el próximo día que venga gente a comer a casa, seguro que quedo estupendamente y me ahorro unos dinerillos y un montón de tiempo.